
Había olvidado lo mucho que me gustaba el regaliz, el café de por las mañanas, leer Harry Potter antes de irme a la cama, ver la tele los Jueves por la noche. Ya casi no recordaba lo que era pasear por Madrid en invierno, sintiendo el frío en mis desabrigadas piernas, mirarme en los escaparates, y ver mi nariz roja como la de un reno, y que me entre la risa. Se me había olvidado lo mucho que me emocionaba ver caer la primera nevada del año a través de las ventanas de clase, y volver de natación viendo brillar en la oscuridad de la noche las luces de una temprana Navidad a principios de Noviembre. Casi olvido lo mucho que me gusta el invierno, y sus fiestas, y sus risas, y la gélida felicidad que este lleva consigo todos los años.
Ya que a ti te puedo dar por perdido, recuperemos esos viejos hábitos que solían hacerme feliz antes de que entraras en mi vida.
Ya que a ti te puedo dar por perdido, recuperemos esos viejos hábitos que solían hacerme feliz antes de que entraras en mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario